viernes, 21 de diciembre de 2012

A LA MIERDA III




                              
A la mierda la evacuación forzada, 
los desahucios, la extradición, el sentido de propiedad, las hipotecas a 40 años y ese hurto desalmado y constante al que hemos sido sometidos casi sin darnos cuenta. A la mierda los señores/as con corbata, que mandan a los señores/as con casco a que tiren a señoras/es con niños a la mismísima calle y sin reparos. A la mierda los recortes, las acciones preferentes que adjudican nula preferencia a quienes confiaron en esa caja de sueños rota. A la mierda los que engañaron para ampliar su comisión, los que abusaron de ancianos y gente sin recursos, los sueldos vitalicios, los puestos elegidos a dedo, los putos imputados que jamás pagan ni pagarán ninguna culpa y cuyo nombre se saneará con el tiempo. A la mierda los que callan por huir del compromiso, los que otorgan poder con su silencio, los que abusan con conocimiento de causa y los que causan esta tragedia diaria de víctimas y verdugos. A la mierda un poco todos, que participamos de esta fiesta del mal gusto con brindis desfasados y con todos los honores: ostentación, opresión, mofa y vergüenza... A la mierda los que asesinan y ocultan cuerpos, los que encubren a asesinos, los que mienten para salvarse, los que mutilan las esperanzas de familiares y amigos y los medios de comunicación que quieren vendernos el drama como un intento solidario de acercar el crimen a las masas para que la digieran con más comodidad. Asco!!! A la mierda los que adoptan una posición neutral ante los crímenes de guerra para poder seguir traficando con armas, barriles de crudo o contratos empresariales firmados de antemano. A la mierda, y esta es personal, los peluqueros entrometidos que trafican con vidas privadas en lugar de centrarse en las deficiencias personales o de colocarse rulos en la cabeza... Ay no, que no tienes pelo... A la mierda tú también.





domingo, 16 de diciembre de 2012

PIEDRAS


Insertadas en la tierra
testigo mudo del silencio
activo endurecido y calloso de la historia.
Retrato en vivo de la emoción propia del tiempo
desfilando galopante, extenuada al fin por tanto cambio
por la infatigable sucesión de acontecimientos.
Imagen inalterada de lo que pudo ser
antes del asedio inerme de la memoria
anquilosada durante siglos, brillante y lúcida en horas de penumbra.
Respuestas camufladas entre grietas y musgos
en el desquicio de telarañas ciertamente fosilizadas.
Enigmas disolutos, palabras sin descifrar, 
huellas adheridas a la piel de roca.
Refugios en ocasiones, poesías peregrinas que hablan de quietud y abandono. Corazones pétreos. 
Abrigos para nómadas invertebrados, proyectiles asignados a adulteras siempre lanzados por hombres que dicen llamarse justos.
El pecado proyectado en catapulta, surcando los cielos en busca de creador.
La esperanza última del sabio que diserta sobre la vida huyendo de toda posibilidad de réplica.
El vestigio más ansiado, la preciosidad más preciada. 
El precio de un desliz es una incómoda partícula incrustada en el pie, recordatorio eficaz y constante, excavadora de heridas en el alma y en el talón, por ello Aquiles sucumbió...
Sin embargo, hay algo tierno tras la coraza. Veo luz y vida bajo ese manto de pliegues y sedimentos 
y aunque no exista un corazón físico... 
Siempre he sentido que hay un palpitar.




lunes, 3 de diciembre de 2012

LA ELEGANCIA DEL ERIZO



Tenía yo pendiente compartir con todos vosotros esa delicia narrativa de la francesa Muriel Barbery. Estirando las sensaciones de sus últimas y geniales líneas, cuyo contenido no os desvelaré por mucho que me muera de ganas, me ratifico en la grandeza de un texto que cuesta digerir y que en ocasiones he tenido que revisar para alcanzar su comprensión, al menos parcial. Y su grandeza no reside sólo en el hecho de ser un texto poético, filosófico ( no en vano Muriel es profesora de filosofía) y claramente atípico, sino que además se sostiene con solidez gracias a unos personajes exquisitos y llenos de matices, reflexionando sobre el por qué de la vida y vaciando la papelera de miserias, tristezas e inquietudes varias. Entre esos personajes uno no puede evitar querer especialmente a Renée, esa portera de finca burguesa parisina que se ha agazapado, como el erizo, bajo el anonimato que le otorga el prejuicio social, el mismo que impide a la mayoría reconocer la elegancia que esconde tras la puerta de su humilde hogar. Sabia y curiosa en la intimidad, pero servil e ignorante en el escaparate perfecto en el que se muestra. Sólo algunas almas de exquisita sensibilidad son capaces de reconocer al ser humano que todos parecen ignorar. Una de esas personas es Paloma, una niña superdotada con tendencias suicidas y con el sentido agudo de la crítica hacia la vacuidad de su entorno, familia y futuro. Sus ojos saben reconocer la belleza y autenticidad de lo que pasa desapercibido a la mayoría y esa excepción incluye a Renée. También está el Señor Kakuro, un jubilado japonés cuya amabilidad y cortesía eclipsan a toda la finca sin excepción, rico de espíritu, y millonario en su economía, encuentra su propio deleite vital en la degustación de exquisiteces gastronómicas, literatos rusos y cine japonés. No desgranaré más ni trama, ni personajes, esa es mi baza para invitaros a una fiesta de emociones y a descubrir la forma tan "diferente" que tiene la autora de relatar y de envolverte en una historia de las que se recuerdan siempre, de veras. `

Por cierto, sé que hay una versión cinematográfica del 2008, no sé si atreverme... Consultaré a mis asesores cinematográficos: "Troyana y DeWitt" que siempre me enriquecen con sus ilustrados posts.